domingo, 3 de abril de 2011

Miedos derivados de la imaginación en el desarrollo del niño


Además de conocer ya la posibilidad de la muerte los niños de esta edad tienen una imaginación muy fuerte su capacidad para utilizar el pensamiento simbólico, como la fantasía mental y el lenguaje, aumenta con rapidez en los años preescolares.

Esta capacidad les permite ampliar sus procesos de pensamiento hasta incluir hechos que no pertenecen al espacio y al tiempo actuales, e incluso visualizar otros de su propia creación.Hasta que los niños acquieran un mayor conocimiento del mundo real, las distinciones entre realidad y sus propias fantasías son siempre claras.

Unos hechos bastante insignificante para el adulto puede adquirir proporciones exageradas y convertirse en fuentes de ansiedad.

Los miedos simbólicos son miedos que pueden surgir cuando ocurre un hecho amanazador que el niño es incapaz de verbalizar. El nacimiento de un hermano puede crear el temor a un nuevo monstruo escondido en el armario. El miedo real es un estado de ansiedad sobre la posibilidad de perder el amor de sus padres. La mente del niño, incapaz de señalar o tratar su ansiedad agobiante, se centra en el miedo a un monstruo imaginado. Este miedo puede ser verbalizado, lo que comunica a los padres que algo le está angustiando.

El miedo es simbólico porque representa u ocupa el lugar de otro miedo mucho menos definible.
Durante el divorcio pueden aparecer también miedos simbólicosç al igual que durante una enfermdad de los padres, o después de abusos sexuales.Siempre el miedo sea real sea demasiado difícil
o inseguro de expresar por parte del niño apareceran miedos simbólicos.
Los monstruos pueden ser un símbolo general que refleja la irracionalidad de los adultos.Cuando un padre se siente de golpe impaciente y grita o pega a un niño, este hecho puede causar terror y confusión. Desde el punto de vista del niño, los padres que actúan de esta forma se están comportando como monstruos reales, de repente, dejan de ser los seres amorosos y predecibles de un minuto antes. Como ningún padre es perfecto, todos los niños experimentan daños ocasionales de este tipo. Tal vez los personajes universales que caracterizan el mal, como los trolls, los monstruos y las brujas de los cuentos de hadas de todo el mundo, tienen un sentido para los niños porque representan el lado más irracional e hiriente de los adultos que conviven con el niño.

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